Todos sabemos lo beneficioso y lo fundamental que es el proceso de reciclaje para el desarrollo sostenible, la economía circular, la ecología y el mantenimiento del medio ambiente. Pero, en nuestros hábitos de consumo, no sólo se trata de gestionar los residuos que generamos: antes, como consumidores, debemos tener claro que tenemos intentar consumir lo menos que podamos y, una vez adquirido ese bien de consumo, procurar que genere la menor cantidad de residuo posible. De esta forma, repartiremos más equitativamente los productos entre los usuarios y generaremos menos energía en el proceso de recuperación, tratamiento y reciclaje de ese desecho.
Uno de los tipos de residuos que más necesidad tiene de reciclarse por la valía de sus componentes, por lo perjudicial que supondría la exposición de su composición en el medio ambiente y por el coste medioambiental de la extracción de la materia prima que supone fabricar uno nuevo es el residuo de aparatos electrónicos y eléctricos, comúnmente definido en la industria eléctrica con la sigla RAEE.
Los RAEE pueden generarse tanto en hogares particulares (cámaras de fotos, televisores, microondas, etc.) como en entornos profesionales (ordenadores, servidores, fotocopiadoras, etc.), con una cifra de generación creciente año tras año. Sólo durante 2018, se abasteció al mercado español con más de 749.000 toneladas de aparatos eléctricos y electrónicos (AEE). Para el ejercicio presente, 2020, desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se ha marcado un mínimo estatal de recogida RAEE de 489.000 toneladas.
Para generar la menor cantidad posible de RAEE, existen varios métodos que se están llevando a cabo y que cada vez demuestran, además de eficacia, eficiencia y proyección a largo plazo:
- Productos ecodiseño: esta técnica se aplica en la fase de creación y desarrollo de los productos y consiste en incorporar criterios ambientales con el objetivo de bajar el impacto ambiental durante su ciclo de vida desde que se fabrica hasta que pasa a ser inservible. De esta manera, el factor ambiental se convierte en un requisito más del producto adquiriendo la misma importancia que puedan tener otros factores como el coste, la seguridad o la calidad.
- Reutilización: en este caso se trata de aprovechar el desecho y utilizarlo para las mismas aplicaciones que tenía cuando se encontraba en su vida útil tras aplicarle una serie de tratamientos, previniendo así la producción de residuos. Es muy conocida esta medida en el caso de los envases; en el caso de los RAEE, para poder reutilizar un producto que ha terminado su vida útil, es necesario aplicar la reparación.
- Reparación: es la única manera de reutilizar un RAEE. Además de que será mucho más barato que comprar uno nuevo, se estará dando una nueva vida útil (o alargando la que tenía antes) al aparato y los costes de extracción de la materia prima, fabricación, distribución y el proceso de gestión de residuo que supondría comprar uno nuevo ayudará a la conservación del medio ambiente.
- Legislación: en 2021 entrará en vigor una propuesta de la Comisión Europea por la que productores de aparatos electrónicos y eléctricos tendrán que ofrecer piezas de reparación durante un mínimo de 10 años posteriores a la adquisición, evitando así que los consumidores opten por tirar a la basura productos susceptibles de alargar su vida útil por falta de herramientas o repuestos que solucionen su avería.
¿Qué hago si, a pesar de todo, genero un RAEE?
No obstante, si aunque hayamos agotado todas las posibilidades, hemos generado un residuo porque la vida útil de nuestro aparato electrónico o eléctrico ha llegado definitivamente a su fin, es muy importante para su correcta gestión saber identificar si efectivamente nos encontramos con eso mismo, con un residuo de aparato eléctrico y electrónico: si ha necesitado pilas, batería o tomar corriente eléctrica, nos encontramos ante uno de ellos. Tras esto, podemos identificar en este mapa los puntos limpios más cercanos a nuestra ubicación o bien llevar el residuo a la tienda donde adquiramos uno nuevo, donde se encargarán de su gestión.
Para la gestión de los RAEE por parte de productores, instaladores y fabricante de estos productos generar, desde AMBILAMP, a través de la marca AMBIAFME, se ha puesto de forma totalmente gratuita a su disposición todos los recursos que necesarios para la retirada de estos desechos dando así cumplimiento al Real Decreto RAEE 110/2015 desde que entró en vigor en agosto de 2018. Junto a ello, hemos llevado a cabo campañas de sensibilización, hemos alcanzado los objetivos legales de valorización, gestionamos las altas en el Registro Integrado Industrial del Ministerio de Industria y también informamos a la Administración del volumen de aparatos electrónicos y eléctricos puestos en el mercado por el fabricante.
Con 2019 ya terminado, AMBIAFME cumplió en un 106% con el objetivo marcado por la Administración con un total de 2.557 toneladas de RAEE acumuladas y la meta es superar este porcentaje en cada ejercicio en beneficio del consumidor y del medio ambiente.